DEJAR EL CHUPO SIN TRAUMA
Abril 23 de 2020
¡Con mi primera hija desarrollamos un plan y método para quitarle el chupo, el cual realmente funciono! No fue un proceso traumático ni doloroso para ella y por ende, tampoco para nosotros. Pensé que tal vez fue suerte.
1 año después decidimos emprender el mismo camino con mi hija menor. La verdad, estaba muy preocupada por ella porque a diferencia de mi hija mayos, Melanie es mucho más consentida y dependiente a su chupo. Es decir, nunca se acostaba a dormir sin él, se despertaba en medio de la noche para buscarlo si salía de su boca y también adoraba chuparlo durante el día y lloraba sin consuelo cuando se lo quitábamos por ratos, simplemente, el chupo se convirtió en una necesidad para ella.
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Con Mate, mi esposo, acordamos quitárselo apenas cumpliera 4 años. Los cuatro años es una edad relativamente as fácil para correr con este proceso. Los niños no son tan grandes como para que ya estén acostumbrados y sea difícil y tampoco están tan pequeños como para no entender que es lo que pasa.
Bueno… entonces decidimos quitarle el chupo y el proceso fue el siguiente:
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Quitarle progresivamente el chupo durante el día uno o dos meses antes del gran día donde lo iba a entregar definitivamente.
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Usar solo el chupo en la noche única y exclusivamente para dormir.
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Recordarle constantemente que a los 4 años ya se empieza a ser una niña y se deja de ser bebe y que el día de su cumpleaños va a dejar de utilizar chupo. Esto lo hago un mes antes de la tan esperada fecha y se lo digo mino, dos veces al día.
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Recordarle diariamente cuantos días faltan para dejar el chupo.
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Finalmente, en el gran día el digo enérgica y felizmente: “Mel ya esta aquí! Esta el día de tu cumpleaños, hoy cumples 4 años y debes hacer algo muy importante” ella, accede a darme el chupo voluntariamente.
Y así fue, me lo entrego sin chistar porque entendía que ahora era una niña mayos. Que bendición que fuera tan fácil… pero en la primera noche…. La cosa ya era otra, Melanie lloro como no hay idea las primeras tres noches por su chupo, ya que, obviamente era su fuente de calma y objeto que la hacia sentir segura. En esos momentos de tristeza o angustia, le daba un abrazo y solo esperaba a que se calmara.
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El balance era bueno, solo tres noches con un leve llanto, nada imposible o traumático para ella o para nosotros como papas.
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Llevamos un mes sin usar chupo y debo decirles que este ha sido un gran y positivo cambio para su seguridad, para su vocabulario, sus dientes y para acabar con las despertadas en medio de la noche buscando el chupo.
¡Así que si estas pasando por este proceso animo! Hay caminos fáciles y no traumáticos para el niño y la familia si trabajas con anticipación y el das tiempo al niño de entender, aceptar y adaptarse a esta nueva etapa.